poseida

me despierto. Y, una vez más, la misma pregunta. Y, una vez más, la ausencia de respuestas. Me acerco a la mesa de la cocina y me preparo el desayuno. sola. la radio que solía sonar todas las mañanas acompañándome hoy canta una nueva canción: ninguna. me dirijo al baño y veo mi reflejo en el espejo. la joven que se reflejaba no era la misma que hace apenas 3 días: unas grandes bolsas amoratadas cubriendo mis ojos apagados, mis labios que habían sufrido una tortura por parte de mis dientes, mis mejillas sin color a pesar de la gruesa capa de maquillaje, mi tez pálida similar a la de una momia...irreconocible. Mis amigas hasta me recomendaron ir a ver a un especialista, pero ¿como se le dice a un extraño q quieres morir?¿ cómo se le dice que para ti es más tentador un cuchillo que a un hambriento un banquete? ¿cómo...? ni siquiera mis amigas podían darme las respuestas que yo necesitaba...Mis amigas. Ahora mismo creo que son las unicas personas que me apoyan, que me ayudan, pero ni siquiera ellas saben que se hace en estos casos. Todos mis conocidos están indecisos, no saben que se recomienda en situaciones así; solo el sacerdote lo tiene claro: dice que tengo que rezar mucho. Pero la gente no se da cuenta de que lo que yo realmente necesito no es ni una oracion, ni un loquero, ni nada de ese calibre...Solo necesito una frase. una frase que me rescate de este abismo: Él está vivo, tu no lo mataste.